viernes, 6 de febrero de 2015

Primer viaje con mis perritos.


Hace un par de semanas tenía vacaciones y me apetecía irme a un lugar tranquilo, con naturaleza, donde poder dar paseos y no pensar en nada del trabajo, olvidarme y recargarme. Y de pronto pensé, ¿quién necesita más unas vacaciones que mis perritos? ¿Cómo puede ser que piense en vacaciones y ellos no estén incluidos? ¿Acaso ellos no lo merecen?
Bien, esto era todo un reto, puesto que mis perros viven con mi madre. Tienen una parcela bastante amplia donde pueden correr, jugar, enterrar cosas, y hacer cositas de perro. Duermen fuera, y no están acostumbrados a estar dentro de una casa.
Me puse a buscar alojamiento donde aceptaran perros, y no uno y pequeñito sino tres y grandotes jeje. Encontré un sitio bastante majo en Candeleda (Ávila), cerca de rutas de senderismo, de piscinas naturales (¡perros no permitidos!) y con unas montañitas que me harían olvidar el mundanal ruido del asfalto. Os contaré cómo fue todo:
Montamos a los perritos en el coche, y en principio estaban un poco desconfiados y expectantes, pero tranquilos. No están acostumbrados al coche.
Lucky me miraba cómo: “ Esto no me gusta un pelo de mi preciosa melena… ¿No me volverás a castrar, verdad?”, yo le susurraba al oído que no, que se relajara, que los huevos solo se cortan una vez… “Entonces, ¿vais a abandonarnos en este descampado, verdad?”, ¡que no! Le decía yo, y seguimos el viaje de aproximadamente dos horas con sus miradas desconfiadas de soslayo. ¡La tensión parecía mascarse en el ambiente!
Kira iba un poco más confiada y al principio vomitó un poquito (dos veces), pero luego se quedó más tranquilita.
Blanqui, se fue sobando cómodamente todo el camino, ajena a todo.
Una breve presentación de los que nos adentramos en esta aventura, con pelos y babas por todos lados:
-Blanqui, un poco mayor para las grandes caminatas pero sin problema para embarcarse en las mayores aventuras.
-Lucky, dicen que tiene el culo gordo pero son todo habladurías… le encanta zambullirse en el agua y olisquear todo cuanto esté a su alcance, ¡pero necesita un respiro de vez en cuando! 
-Kira, incansable… Le encanta tener todo bajo control y pastorear a su camada continuamente para que no se le pierda ninguno. Le gusta mantener a la familia unida. Como aún es una cachorrita tiene una energía inconsumible y una agilidad y adaptabilidad increíble.
-Ana, ver descripción de Lucky.
-Sergio, sin su precisión y precaución habríamos perecido en cualquier camino. Cocinero y conductor oficial.
-Mary, conseguimos que la mujer de hierro diera muestra de que es humana, con tres ampollas en cada pie, que no le impidieron hacerse largas caminatas.
La casa donde nos alojamos (haré un poco de publicidad) estaba muy bien. Nos salió bien de precio porque había una promoción de pasar tres noches y pagar dos y nos cobraron un pequeño (muy pequeño) suplemento por los perros. Mi idea (teniendo en cuenta que iba con los perros) era no mover mucho el coche y esta casa está muy bien porque tienes supermercados y el centro muy cerca. También tienes cerca las piscinas naturales, el río y caminos de senderismo.
Interesados en más detalles, la casa era ésta: Paraje Los Narcisos
Nos dejaron las bicis y dimos una vuelta… ¡Hacía mucho que no montaba en bici! Me apetecía, jeje.
Casi todo de la cocina era muy nuevo y tenía un montón de aparatos y utensilios… Las camas eran cómodas y todo, la verdad, era correcto y acogedor.
El primer día nos hizo un poco nublado al principio, lo cual se agradecía para no pasar demasiado calor. Los perros estrenaron sus correas de 5 metros, pero 5 metros les parece poco, así que les soltábamos cuando podíamos.
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Subimos una cuesta interminable para llegar al puente romano, hicimos parte del recorrido PR-AV 46. Es muy chulo este paseo, sobre todo cuando dejas la cuesta y entras por un senderito… 
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Quiero mirarte y sentir… 
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Kira realmente disfrutaba cuando la soltábamos. Teníamos que estar atentos por si venía alguien, no porque sea una perra peligrosa con humanos (el resto de especies no tiene tanta suerte… es una hábil cazadora), sino porque hay gente que le da miedo… aunque no tanto como a ella le dan miedo los humanos, se asusta mucho e incluso tiembla de miedo si ve a muchos juntos. Nos la dieron con tres meses muy miedosa, nos costó mucho que cogiera confianza con nosotros… No sabemos por qué tiene este tipo de trauma, pero, ay, conociendo a mis compañeros de especie me lo temo… Poquito a poco vamos ayudándola. 
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Un pequeño parón para refrescarnos en la fuente del Zauce. Mmm, ¡este agua fresca es de lo mejor que he probado en años!
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Muchas carreritas para tenerlo todo controlado y que no se despendole la manada.
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¡Vamos, pequeña, que te quedas atrás! Jeje, a veces, cuando ya habían ido y venido a verme muchas veces, y ya estaban cansados, se quedaban mirándome a mitad de camino como sopesando las posibilidades de que yo sobreviviera y luego seguían hacia delante, como diciendo “bueno, por lo menos que nosotros podamos salvarnos”.
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There were plants and birds and rocks and things.
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¡Mirad! Unos animales no autóctonos, deberíamos acabar con ellos antes de que estropeen nuestro hábitat, pero somos herbívoros, qué pena. 
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¿Tienes que ir a todos lados con eso? Sí, esta bola de estiércol me la regaló mi madre. 
Tengo un pequeño vídeo documental de estos escarabajos… ¡la naturaleza te fascina y sorprende en cualquier momento!
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Verde prehistórico.
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Llegamos al antiguo puente romano por donde bajaba el río.
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¡Vaya, una debilucha!
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Es mi pelo del ombligo, es especial. 
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Las vistas desde mi pelo. 
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El sol empezó a hacerse paso entre las nubes para que no perdiéramos ni un detalle en el camino de regreso.
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Mi Kira, galopa y corta el viento…
Uff, un día largo, ¿no os parece? Jaja, luego llegamos a casa y cenamos, nos duchamos y nos metimos a la cama. Los perritos iban a dormir en un pequeño patio interior, y en principio lloraban un poquito porque… aunque están acostumbrados a dormir fuera, no están acostumbrados a estar en un sitio pequeño encerrados… ¡Pobres! Yo los habría metido en mi habitación, pero Sergio se negaba en rotundo, jeje. Pero pronto se acostumbraron al patio y cuando los metíamos allí los días siguientes se acostaban en su mantita directamente, sin apenas escenitas. ¡Qué perros más buenos!
Lo mejor de todo que como no están acostumbrados a dormir dentro y demás, pensamos que harían sus necesidades dentro de casa… Pero se portaron como unos perros civilizados incluso sin estarlo, y esperaban a que por la mañana mi madre los sacara a pasear.
Además compré bolsitas para recoger caquitas, que hasta ahora nunca había necesitado… pero lo mejor es que tampoco tuve que hacer uso de ellas, pues hacían caquita en el campo, y no en la acera o en la calle. ¡Qué perros más listos! Jeje. Aunque pensándolo bien la próxima vez recogeré sus ñordos igualmente, ya que no es agradable ir andando y encontrarte con esas sorpresitas. 
Al día siguiente decidimos coger el coche para ir al Santuario de Chilla. Se podía ir andando también, pero ya estábamos cansados del día anterior y eran bastantes kilómetros. Los perros ya estaban acostumbrados al coche, nada más que montaban se dormían plácidamente, posando ambos su cabeza en cada una de mis piernas.
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Manzanilla.
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No veas qué gusto andar descalza por ahí… También hice la croqueta, ¿quién podía resistirse?
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Mi Lucky y mi pequeña Nutria… ¡qué ganas tenían de un buen chapuzón de nuevo!
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Se transformaba en cabra hispánica para saltar de roca en roca. 
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Mi peludines no me quitaban ojo y bajaban constantemente a verme y volvían a subir. El agua estaba muy muy apetecible, así que estuve un buen rato dándome un buen tratamiento de circulación jeje. 
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Al volver dimos un pequeño paseo por el centro del pueblo con sus característicos balcones. 
Al día siguiente subimos a Guisando… 
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¡Qué vistas!
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Dimos un paseo por los alrededores y encontramos esta parte del río del que me enamoré… corría indómito y recóndito… 
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El agua estaba helada… ¡pero mis chicos no le temen a nada!
Después de hacer una parada para comer, volvimos para casa. En todo el camino fueron durmiendo y sin problema. ¡Qué gran experiencia! ¡Cómo disfruto viéndolos disfrutar, corre libres, zambullirse, correr, saltar…! Es un lujo para mis sentidos verles haciendo lo que les apetece en cada momento con toda la naturaleza a sus pies… 
Ahora me pregunto por qué no me he llevado a mis perros a todos lados.. sí, hay cosas que no puedes hacer con ellos… Pero son cosas que a mí realmente tampoco me interesan, como visitar catedrales.
Me comprometo a llevarles a más sitios este verano… e incluso estamos pensando en un viaje largo para Septiembre y me encantaría llevármelos… Veremos a ver cómo nos lo montamos… 
Recomiendo este sitio para ir con los perros (sin ellos también), tiene un montón de senderos, y cosas para visitar: castros celtas, ríos, piscinas naturales, montañismo… ¡Un sinfín de cosas!

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